7 de febrero de 2006

Cuento cotidiano


El día amanece soleado, da gusto abrir los ojos y ver que entra luz por la ventana, se acabó la niebla...al menos de momento. Después de comerme un yogur, darme una larga ducha, vestirme y despedirme de mi madre, salgo a la calle directo a la cochera, me gustaría poder disfrutar de la mañana por la calle, con el solecito...dando un paseo...simplemente sin hacer nada, pero no puede ser porque en la biblioteca me espera una montaña de apuntes. Después de pasar la mañana entera sentado intentando asimilar algunas de las palabras que pasan ante mis ojos (con un breve descanso a mediodía, para tomarme un colacao), vuelvo a mi casa para comer, mi padre me hace bromas pero me cuesta sonreir...sólo puedo pensar en que en nada tengo que volver a subir a la universidad, para hacer el exámen (yo quiero quedarme en el sofá viendo la tele!), exámen que para colmo no tengo nada bien preparado...¿por qué no me pondría a estudiar antes?; cojo el coche, y subo rogándole a quién le corresponda, que por lo menos caigan las preguntas que tengo de otros años. Tras el típico rato de repaso pseudohistérico con mis compañeros, me sientan en una mesa, y me ponen un test delante. Leo la primera pregunta, y un increible alivio recorre mi cuerpo, empezando por los pies y terminando en la cabeza, que debía de estar contenta, porque todo apuntaba a que ésta tarde no la iba a hacer trabajar, pero ¡que equivocados estábamos los dos!...porque si señor, ésa pregunta era de las conocidas, pero...a medida que avanzaba por el farragoso test, me di cuenta de que era la única prácticamente, es decir, que me enfrentaba a 39 preguntas de las que probablemente no tenía ni idea...menos mal que la lectura ésta mañana me había servido de algo...o éso espero, no tardaré mucho en saberlo.
Luego, la tarde pasó lenta y enrarecida, con un magnífico paréntesis en forma de charla telefónica (mil gracias), después cena, y vuelta a la biblioteca...intenté concentrarme, pero he fracasado, y es por ésto que estoy aquí, escribiendo ésto.


OS QUIERO

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bonito! Siento lo de tu examen, pero tranquilo, a lo mejor al final no te salió tan mal. No te preocupes e intenta sonreír, después de todo, ya no te quedan tantos exámenes, y a finales te vas a Punta Cana... :D

Muchos besos,

mer

Anónimo dijo...

¡Hola mi querido Edu!

-No te preocupes que seguro que apruebas el exámenes y encima espero que con nota , que eso son nervios , solo nervios , espero verte pronto , hablar contigo , organizar cositas y reírnos juntos , no queda nada para ver a nuestra queridísima Leti , y volveremos a tomar café , a estar todos juntos y dentro de 18 días iremos a Oviedo , espero que me des una respuesta de ir o no ir , lo antes posibles(sin presiones) y así cuando haga una entrada en mi página relacionada con el viaje te incluiré en la lista de las personas que van , me hace mucha ilusión que vengas. Nos los pasaremos de maravilla.
Te deseo mucha suerte en los exámenes (a todo)

Un beso.

Anónimo dijo...

En lo cotidiano es en donde está lo más bello (o bellelo para nosotros).. aunque tu, de belleza sabes un rato pavo!!!!!!

Te quiere

Leti

Anónimo dijo...

Tarde llego, amigo, para desearte suerte. Solo animos, pasalo muy bien en la republica dominicana, huevon, y espero verte pronto, morenito y con muuuuuxo movimiento de cadera! ;)